Verdaderamente libre y radicalmente dependiente
La Biblia nos presenta una maravillosa paradoja de lo que son los seres humanos en su naturaleza esencial: “persona creada”. Como somos personas, tenemos libertad, autonomía y poder de decisión; y debido a que somos criaturas, dependemos completamente de nuestro Creador. Entonces, ¿cómo podemos vivir de una manera verdaderamente libre pero radicalmente dependiente? Ser una criatura, por tanto, dependiente del creador, y al mismo tiempo una persona, dotada de actos de voluntad es algo muy difícil de entender. ¿Cómo se puede alinear la voluntad soberana e inmutable de Dios con el margen de libertad individual que tengo para tomar decisiones que afecten mi futuro inmediato? Creo que la respuesta sigue siendo un misterio.
Hoy comprendo que es necesario saber quién es Dios y en consecuencia comprenderé su voluntad a corto y largo plazo. Creo que es parte de nuestro viaje madurar y tomar decisiones diarias a medida que nos alineamos con la voluntad del Padre expresada en Su Palabra. El ejercicio de disciplinas espirituales como la oración y el ayuno, asociado a la acción constante del Espíritu Santo, acaba por orientarnos en lo común y en lo muy importante. Creo que cuando conocemos y nos enfocamos en el mayor plan de Dios expuesto en las Escrituras, podemos caminar por el camino que se nos propuso, hacer el bien y soportar el sufrimiento. Solo entonces es posible renunciar al control y dejar de buscar solo su propia satisfacción. Confiar en Dios y hacer su voluntad, incluso sin conocer cada pequeño detalle, puede no ser sinónimo de una vida sin sufrimiento, pero tampoco significa necesariamente que la vida sea mala.
Después de todo, todo es para alabanza de su gloria. Esta realidad que revela su propósito eterno a través de las Escrituras es fascinante. La vida gana otra perspectiva. La enseñanza del ardiente deseo de Dios de construir un pueblo para Él mismo es lo que debería impulsarnos hacia la asociación con Él. Si lo amamos, también amaremos lo que Él ama. ¡Y lo que te entristece, también nos causará el mismo sentimiento!
Es importante centrarse en lo que se ha revelado como precepto. Por mucho que dependamos de la guía del Espíritu Santo, hay un amplio espacio para elegir con respecto a lo que no ha sido revelado como la norma. Dios en realidad tiene una expectativa de que crezcamos y tomemos nuestras propias decisiones como hijos adultos capaces, incluso de ser responsables y estar determinados a obedecer Su voluntad moral. Sin embargo, tenemos que buscar obedecer la voluntad moral de Dios, crecer en la comprensión de lo que realmente es, sin gastar energía en cosas que no son esenciales. La preocupación excesiva por lo que no se revela, o lo que Dios nos ha dado el poder de decidir, a menudo puede agotar nuestra energía.
